sábado, 5 de julio de 2008

Perpetua para Poblete y para Sobisch (publicado en Prensa Obrera Nº1043)

Justicia para Carlos Fuentealba
El juicio al cabo Darío Poblete, por el asesinato del docente Carlos Fuentealba, está llegando a su final.
No hay dudas, Poblete jaló el gatillo.
Cada uno de los trabajadores de la educación que se presentó a declarar fue reconstruyendo aquel 4 de abril.
Existen testimonios determinantes para acreditar la responsabilidad material del acusado. Tres testigos (desde distintos puntos en la misma escena de los hechos), señalaron a Poblete como el autor del disparo y único efectivo policial ubicado detrás del Fiat 147 donde estaba Fuentealba y que luego huyó.
Según las pericias, por la cercanía del punto de tiro era posible observar claramente que dentro del automóvil y en la parte trasera se encontraba el compañero, por lo que su decisión de disparar no desconocía las consecuencias de semejante acto. Mucho menos un policía que, como Poblete, recibió las mejores calificaciones en los entrenamientos de tiro.
A pesar del cerrojo corporativo de impunidad entre los efectivos policiales que declaran, uno de ellos afirmó que Poblete se reagrupó con una división policial de otra localidad luego de que fue herido el compañero.
Sobisch citado
Una represión de semejante magnitud sólo pudo haber sido ordenada por el ex gobernador Sobisch.
Se trató de un objetivo planificado como se desprende de la declaración del ex jefe de Vialidad Provincial Roberto Comelli, quien recorrió la zona 24 horas antes junto con el ex jefe de policía, Carlos Salazar y el ex subsecretario de seguridad Raúl Pascuarelli.
"Los miembros de los grupos especiales fueron convocados un día antes; se les impartieron instrucciones esa noche y a la mañana siguiente se les suministró una buena provisión de gases lacrimógenos y balas de goma; se movilizó el camión hidrante acompañado por una autobomba para abastecerlo de agua" (Río Negro, 14/6).
Tanto dispositivo era coherente con el objetivo de Sobisch: golpear a los docentes para quebrar su voluntad de lucha. Por eso no se contentó con despejar la ruta (objetivo cumplido en los primeros cinco minutos) sino que desató una cacería varios kilómetros a la redonda. Carlos fue fusilado a 6 kilómetros del lugar del corte, que nunca llegó a realizarse.
Con tan abrumadora evidencia el tribunal no tuvo más remedio que citar como testigo, para que explique las órdenes impartidas, al ex gobernador Sobisch.
Queremos cadena perpetua para Poblete y vamos por la Causa Fuentealba II, donde Sobisch y los demás responsables políticos estén como imputados y sean condenados.
Patricia Jure

www.tribunadocente.com.ar tribunadocenteneuquen@yahoo.com.ar

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