miércoles, 21 de octubre de 2009

Otro verso: ¿secundaria para todos?

El Frente Gremial ha elegido sortear su derrumbe electoral en la votación para consejeros pegándose más aún al gobierno del ajuste (además de dibujar un resultado trucho del 52%). A tono con la formación de una mesa de “cogestión”, el Suteba y la FEB presentan la “nueva secundaria” que “rompe, dicen, la primarización de la escuela secundaria heredada de la reforma de los ‘90” (circular de la Dirección General de Escuelas).

Según datos oficiales que publica La Nación, sobre una matrícula total de 1.408.730 alumnos en las escuelas secundarias bonaerenses, el 35% pertenecen a la “gestión privada”. Se trata de colegios (muchos de ellos de la Iglesia) que reciben subsidios para el pago de los sueldos docentes y otras yerbas. La provincia tiene 2.175 escuelas secundarias básicas estatales contra 1.692 privadas, y apenas 738 medias (polimodal) del Estado contra 1.375 privadas. La circular sobre la “nueva secundaria” vuelve sobre la cantinela de la educación “para el trabajo”, o sea que subordina la educación de conjunto a los diplomas intermedios, esto en el marco de una crisis mundial que se mide en miles de despidos, flexibilización de las condiciones de trabajo y descalificación en masa de los trabajadores.

La reforma incluye una revisión de la normativa en materia de calificación. Según declaraciones del ministro de Educación nacional, Sileoni; “está en estudio la posibilidad de acumular” más previas que las actuales para no repetir”. Con esta “revisión” pretende encubrir el fracaso educativo.

Por otra parte, la obligatoriedad es una estafa: el gobierno no garantiza la construcción y refacción de escuelas, tampoco la provisión de gas, faltan materiales de limpieza y de estudio, las becas son de hambre, no hay una dieta para los comedores de acuerdo con el número creciente de chicos que comen en las escuelas (no hay comedores en el ciclo superior), todo unido a las pésimas condiciones de infraestructura escolar.

A la supresión de escuelas por absorción (sólo las medias y técnicas grandes están en condiciones de ofrecer una mayor variedad de especializaciones) se suman las fusiones de cursos en las “ex ESB” para habilitar aulas libres que permitan la apertura de los años del ciclo superior. Pero un ajustazo feroz conduce a la pérdida de puestos docentes, equipos de orientación y gabinete y también de personal directivo. La “concentración horaria” con el salario congelado apunta a reducir el plantel docente mediante una “revisión de la normativa vigente” que contemple una reasignación de docentes”.

Por lo pronto –y violando el estatuto del docente– se incorpora el director con jornada de ocho horas, de modo que se anticipó la extensión de la jornada laboral. Responde al esquema de un director-capataz al cual la circular le asigna “la responsabilidad institucional de llevar adelante la política educativa provincial”. Con la designación de los “profesores tutores” se avanza también en las designaciones a dedo de docentes, pasando por encima de los listados y actos públicos docentes (como ya se viene haciendo con los “proyectos” EDI y ESI que son un paquete de horas que reparten las direcciones por escuela).

Daniel Rapanelli